Cada día hay más docentes que se animan a utilizar las redes sociales con fines didácticos, manteniendo así un contacto vivo y directo con sus estudiantes fuera del aula convencional o de la rigidez de la mayoría de los campus virtuales. Se trata de una estrategia muy atractiva tanto por el grado de fidelización (la práctica totalidad de los estudiantes posee cuenta en alguna de estas redes y la mantiene a diario, por lo que aumenta el grado de implicación con la asignatura) como por la facilidad con la que todos los actores implicados pueden «regresar» a la actividad formativa sin tener que salir de su vida cotidiana.
Pero integrar formación en redes sociales comporta sus dificultades y no pocas reticencias, perfectamente comprensibles, por cierto. A continuación se van a analizar y proponer soluciones al principal de estos problemas, a saber, los distintos niveles de privacidad que es necesario mantener en las redes sociales.
El uso primordial de las redes sociales consiste en compartir información más o menos privada o personal con un círculo de personas cercanas, generalmente amplio, con un grado de informalidad que resulta incompatible con un contexto académico. Además, la mayoría de los estudiantes y docentes, que utilizan las redes sociales para un uso privado, se sentirían muy incómodos si sus profesores o estudiantes accedieran a su vida social en la red. Así pues, si se quiere tener éxito incorporando las redes sociales a la formación, es necesario mantener impermeables mundo académico y vida social virtual.
Algunos docentes crean perfiles diferenciados para ambos propósitos, e invitan a sus estudiantes a hacer lo mismo. Esta solución, sin embargo, resulta bastante incómoda e inútil. Si cada vez son más los usuarios que poseen perfiles en varias redes sociales y en cada una de ellas han de mantener dos personalidades, el síndrome de Dr. Jekyll y Mr. Hyde puede hacer que el usuario desee matar a uno de los dos, y ya podemos imaginarnos quién será la víctima.
¿Cómo resolver esta esquizofrenia? Manteniendo la misma red para el Dr. Jekyll y para Mr. Hyde, por continuar con el símil novelístico, pero definiendo muy bien a quién relacionamos con cada uno de ellos definiendo listas de amigos.
Desde la aparición de Google+ y su sistema de organización de los amigos en «Círculos», Facebook también ha dado mayor relevancia a las diferentes categorías de amigos y permite interactuar con los diferentes niveles de manera discriminada, creando listas. En este caso nos decantaremos por Facebook porque permite la creación de un grupo específico y visualmente reconocible para los grupos de estudiantes y posee un rol predefinido para garantizar la suficiente privacidad como para que ni los estudiantes ni los docentes tengan que preocuparse de si estarán compartiendo más información que la que pueden depositar en esos grupos específicos. De este modo, se garantiza disponer de un único perfil de red social y, a la vez, asegurarse de que vida académica y vida personal mantienen el necesario nivel de estanqueidad.
Para crear un grupo de estas características en Facebook, basta con seguir estos tres sencillos pasos:
1. Creación del grupo
En el lateral izquierdo de Facebook existe una opción denominada «Grupos». Si no aparece a primera vista, basta con pulsar el botón «más». Una vez desplegado, y al pulsar «Crear un grupo», se obtiene una ventana en la que se da un nombre al grupo, se pueden añadir miembros y se elige la privacidad. Existen tres opciones: Abierto (completamente público), Cerrado (nadie puede ver su actividad pero el grupo como tal es visible y se conocen sus miembros) o Secreto (el grupo es invisible salvo para sus miembros, a los que solo el administrador puede añadir).
Una vez creado el grupo, es posible configurar varias opciones pulsando «Editar el grupo» (entrando en el grupo, en el lateral derecho). Es importante seleccionar la opción «Solo los administradores pueden aprobar las solicitudes para unirse al grupo», a fin de evitar que otros usuarios puedan añadir a terceros.
2. Aceptación de los estudiantes como amigos
A continuación, y suponiendo que los estudiantes no formen parte del círculo de amigos del docente, es necesario añadirlos y otorgarles el rol adecuado. Facebook ha añadido recientemente una serie de roles predefinidos. Para que los estudiantes no accedan a la información y actividad personal es necesario asignarles el rol «Acceso restringido». También es recomendable otorgarles otro rol, por ejemplo «Estudiantes», por si al finalizar la actividad se desea eliminar a los usuarios y distinguirlos de otros potenciales amigos de acceso restringido que no son estudiantes. Con esto, el docente se asegura de que los estudiantes no acceden a su información, pero los estudiantes deberían hacer lo mismo con el profesor incorporándoles a su lista de «acceso restringido». Alternativamente, el docente puede pulsar el nombre de cualquiera de sus estudiantes y, pulsando el botón «Suscrito» que aparece en la parte superior derecha seleccionar «Cancelar la suscripción». Así dejará de recibir cualquier información del estudiante en su muro.
3. Adición de los estudiantes al grupo
Una vez creado el grupo y cuando los estudiantes poseen ya el rol adecuado, solo resta añadir los estudiantes al grupo. Para ello, dentro del grupo, en el lateral derecho hay que pulsar «Añadir amigos al grupo». Tecleando sus nombres podrán ir añadiéndose uno a uno.
Con esta sencilla operación, docentes y estudiantes pueden compartir un espacio social dentro de sus redes con un propósito formativo, sin preocuparse por mezclar la actividad académica con otros usos de las redes sociales, y puede aprovecharse todo el potencial de las redes enriqueciendo la tarea formativa.