Y la migración terminó

Me gusta WordPress, lo sencillo que es modificar su funcionamiento sin tener que tocar ningún fichero del core pero…odio lo resistente que es frente a migraciones. Aceptando el hecho de que les encanta propagar la ruta absoluta de los blogs por toda la base de datos, simplifiqué la migración a dos sencillos pasos, instalar un WordPress nuevo en un directorio nuevo e importar en él los pocos blogs que tenía en el antiguo. Una simple tarea que me ha llevado un día entero porque en el blog de un proyecto Comenius había una página en la que la mitad del contenido desaparecía por arte de magia. Sí, por arte de magia porque no hay otra explicación, la página se guardaba correctamente, se mostraba bien, en la base de datos se almacenaba correctamente, no existe ningún proceso en background que haga revisiones de posts/páginas ya guardados ni nada, y aún así volvías a mirar la página y la mitad del final había desaparecido. Después de muchas pruebas conseguí arreglarlo metiendo a pelo el contenido en la base de datos. Funciona. La causa no di con ella y hoy prefiero aceptar que fue magia, no tengo tiempo para indagar más. La migración está hecha.